Comunidades, territorios y activismos de disidencias sexuales y de género fueron los temas abordados en el estreno de documentales+conversatorio “El orgullo de transformar el mundo”, organizado por Fondo Alquimia el pasado 14 de julio, donde activistas de Santiago, Concepción, Temuco y Valdivia se encontraron y compartieron reflexiones.
Cerca de 80 personas se reunieron el pasado 14 de julio en el Auditorio Salvador Allende de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, para el estreno de documentales + conversatorio “El Orgullo de transformar el mundo”. La instancia contó con interpretación en lengua de señas chilena (LSCh) y se enmarcó en los recién pasados Mes del Orgullo, Día Nacional de la Visibilidad Lésbica y Día Internacional de la Visibilidad No Binaria. Además, permitió generar reflexiones colectivas en torno a los discursos de odio y antiderechos que han emergido en el contexto actual.
“"Hoy tenemos un inmenso desafío: tenemos que volver a mirar nuestras estrategias para llegar a más personas, a más territorios. Tenemos que ocupar el espacio público y mostrar que nuestros activismos se tratan de respeto, de justicia social, de poner la vida al centro. Estos documentales tienen esa visión. Muestran que el activismo es una forma de vida para quiénes se organizan, para quienes ponen su tiempo, su cuerpo y sus vidas en la transformación de la sociedad entera. Nos dicen que mientras trabajemos dejando de lado nuestras diferencias, juntas y juntes, articuladas, podemos cambiar el estado de las cosas y mantener viva la esperanza", dijo María Paz Becerra, Coordinadora Ejecutiva de Fondo Alquimia.
Por su parte, María José Azócar, presidenta del directorio de Alquimia, se refirió a la construcción que hoy están haciendo las organizaciones: "Quienes están en los márgenes dando una batalla estructural apuestan hoy por armar comunidades fuera de la institucionalidad estatal, creando espacios y vínculos bajo una lógica mutualista, de apoyo mutuo, y reconociendo nuestra interdependencia con otros seres vivientes. Es un experimento que no se propone como una misma receta a replicar en todos los territorios. Es en cambio, un experimento que se propone como un ejercicio comunitario para imaginar en un contexto determinado una vida mejor y sin jerarquías. Es desde este lugar situado que comunidades en los márgenes nos invitan a salir de la lógica de desastres e imaginar otros horizontes por un mejor mundo para el futuro. Nos proponen un bosquejo, una ruta, un deseo por un camino a seguir, no una receta a diseñar por expertos iluminados".
La jornada también sumó a nuevas y nuevos integrantes a la Red de Donantes Individuales de Alquimia, quiénes con sus aportes mensuales contribuyen a sostener el trabajo de múltiples organizaciones presentes en los diversos territorios de Chile.
Activismos como forma de vida
Luego de un visionado de los tres cortos documentales de la serie “Estxs somos. Así vivimos”, que muestran los activismos como forma de vida a través de las experiencias de organizaciones de disidencias sexuales y de género, y su vínculo con el territorio, se dio inicio al conversatorio compuesto por seis activistas, quienes reflexionaron sobre la importancia del activismo que realiza su organización en este contexto en su respectivo territorio.
Desde Valdivia, Paloma Karu contó sobre la Editorial Tierra Negra, de carácter autónomo y lesbofeminista, que además hace redes con otras organizaciones y espacios comunitarios del sector. Su motivación es la relevancia de publicar textos de mujeres, lesbianas, personas trans y no binarias en un mundo editorial al que no todo el mundo tiene acceso. “Nuestra iniciativa como editorial es ser un medio posible para nosotras y nosotres que queremos publicar, expresarnos, no ser representadas por otras voces, sino ser nosotras y nosotres mismes quienes escribimos de nuestra existencia, ya sea poesía, narrativa o literatura”, comentó la activista lesbofeminista.
Por su parte, el Archivo de la Memoria Trans se sitúa en la necesidad de contar las historias de la comunidad en Chile y evitar el olvido. Así, Paris Arabel, integrante de la organización, contó cómo se empezaron a nutrir colectiva y complementariamente de pequeñas historias y la importancia que tiene reconstruir la memoria para que existan referentes para la niñez trans.
“Hay una deuda histórica para con nosotres. Todas estas entrevistas y crónicas que tenemos cada une de nosotres son muy importantes para llegar a tener una leve reparación histórica, sobre todo para adultas mayores que se están muriendo en precariedad, en abandono, en situación de calle. A seguir luchando porque existir es una lucha”, concluyó la activista trans.
Desde Temuco, Monserrat Benítez de Disidencia Aquí y en la Quebrá del Ají cuestionó la violencia cotidiana, simbólica y concreta que viven con la militarización del Wallmapu, enfatizando en que, además de ser disidencias sexuales y de género, les atraviesan otras opresiones. La activista lesbofeminista caracterizó su organización como “un espacio activista, pero también de contención y amor, lo que cambia la idea del ‘deber ser’ activista”. En este camino, “para nosotres es importante el trabajo comunitario: cómo hacemos estas redes desde el cariño, por fuera de la institución”, considerando también la diversidad de las integrantes.
Por otro lado, Camila Huentequeo invitó a hacer memoria por los asesinatos de las defensoras del territorio Emilia Bau y Macarena Valdés, y contó sobre la experiencia que tuvieron en Casa Caracola mientras estuvieron situadas en Valdivia: “Fue un hito levantar un espacio feminista y una casa de lesbianas en un territorio como ese. Pudimos facilitar espacios a colectivas y otras compañeras que no tenían un lugar (…), además de tener la posibilidad de hacer una contracultura de lesbianas, de mujeres, de ñañas”, comentó la activista lesbofeminista.
Daniel Castillo, activista trans de la Colectiva TransForma, destacó el carácter comunitario e intergeneracional del activismo que realizan en Concepción, ciudad marcada por lo universitario, pero también con fuerte presencia de sectores conservadores. Frente a eso, consideró que “lo más importante es ese cariño y comunidad que se forma entre personas que somos muy diferentes en distintos aspectos, pero que aun así nos une una sola cosa: poder ser personas plenas, tener derechos y ser felices”.
Finalmente, la activista, escritora y performer, Claudia Rodríguez, profundizó en los activismos como forma de vida: “son ustedes, las organizaciones, quienes nos han dicho que el activismo que realizan es una forma de vida que contiene una mística que nos permite bailar, reír, soñar, escucharnos, acompañarnos, comer cositas ricas, reírnos y abrazarnos. Esa mística o aspiración de trascendencia cuando se pone como prioridad la empatía, el bien común, la solidaridad, la preocupación por el buen vivir de todas y todos”.
Así mismo, la también encargada de Programas de Fondo Alquimia relevó el objetivo de la organización al realizar esta actividad: “en este contexto en el que nos hacen temer, sospechar, creer en una ficción, perder la esperanza, sentir que estamos a punto de caer, sentimos como iniciativa estratégica reunirnos como diversidades de activismos para intercambiar y reflexionar sobre qué podemos hacer en conjunto y cómo articularnos en el futuro para que no nos borren”.
Documentales “Estxs somos, así vivimos”
En la serie documental “Estxs somos, así vivimos” se muestra, por una parte, a Casa Caracola y la Editorial Tierra Negra, organizaciones de mujeres lesbianas en Valdivia y, por otra, la colectiva Transforma de personas Trans y No Binaries en Concepción.
Desde Iquique, se exhibió también el corto sobre Yokonda Montero integrante de la Agrupación Nefertiti. Grabado en 2019, el corto muestra las reflexiones de la activista trans en el marco del Estallido Social y su esperanza de construcción social para todas, todes y todos.
Mira los documentales completos a continuación: